Temo por mí, temo por todas las mujeres de mi vida,
No me siento segura ni a la luz ni a oscuras.
Por las calles hay cuerpos inertes que cedieron en la lucha,
otras más que nunca se enteraron que llegaron al final.
¿Qué culpa tenemos de haber nacido con este género?
¿Qué culpa tienen nuestros padres?
¿Por qué me odias a mí monstruo de la noche?
Silencio…no me respondes, entonces que sea Dios el que te juzgue.
Hoy, este llanto quema mi ser como el aguardiente,
Es tanto que hasta el ave matutina esconde su canto.
Ya no quiero ser más el blanco de tus vituperios
Solo quiero la tranquilidad y equidad,
Quiero la bondad y la paz.
Tenemos que alzar nuestro canto al unísono.
Gritar que somos muchas
Somos la vida
Somos amor.
Porque la mujer tiene valor, ¡si!, el mismo que tienes vos.

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